lunes, 24 de octubre de 2005

Albert Camus

In the depths of winter I finally learned there was in me an invincible summer.

viernes, 21 de octubre de 2005

Transito

Time out.

But... I'll be back.
Thanx for the ride, folks!
:)

Es tu nombre y es tambien octubre / Homero Aridjis

Es tu nombre y es también octubre
es el diván y tus ungüentos
es ella tú la joven de las turbaciones
y son las palomas en vuelos secretos
y el último escalón de la torre
y es la amada acechando el amor en antemuros
y es lo dable en cada movimiento y los objetos
y son los pabellones
y el no estar del todo en una acción
y es el Cantar de los cantares
y es el amor que te ama
y es un resumen de vigilia
de vigilancia sola al borde de la noche
al borde del soñador y los insomnios
y también es abril y noviembre
y los disturbios interiores de agosto
y es tu desnudez
que absorbe la luz de los espejos
y es tu capacidad de trigo
de hacerte mirar en las cosas
y eres tú y soy yo
y es un caminarte en círculo
dar a tus hechos dimensión de arco
y a solas con tu impulso decirte la palabra

*

Feliz cumpleaños.
Que el canto sea lluvia: que fluya, que mane (siempre mane).
Que toda la noche crezca la voz en el altar de la memoria.

Adios bloglinker. Hola kinja.

lunes, 19 de septiembre de 2005

Sacalo, sacalo...

Era septiembre de 1985 y los seis inquilinos nos sentábamos a la mesa justo a las 2:30 de la tarde.

Mientras la Sra. S. -dueña de la casa de asistencia en la que vivíamos-, nos servía los alimentos, se hacía un silencio incómodo. Después, cuando nos quedábamos solos, el médico nos hablaba de Adriana, su novia que vivía en el D.F. y trabajaba como interna en un hospital. Nos contaba los pormenores de su próxima boda o nos mostraba las últimas fotos que le había enviado. Alguien interrumpía las noticias románticas con un comentario irónico sobre la deliciosa sopa de fideos que comíamos a diario o anunciaba el robo de algún comestible en la despensa común.

El cirujano trabajaba en "las torres" y era asiduo del raquet-ball de la esquina. La anestesióloga fumaba porros en el jardín y creía que todos los demás teníamos atrofiado el sentido del olfato. El músico/mesero que trabajaba de noche tocando trova en un pequeño lugar cerca del Tilly's, invariablemente amenizaba la comida con alguna rola del Profeta del nopal. C. y P., compañeras de habitación y universidad, eran las responsables de organizar los juegos de mesa y de bajarle cigarros al cirujano y a la anestesióloga (en ese orden).

El médico hacía o recibía llamadas a diario. Aunque secretamente lo envidiábamos, la molestia por hacernos esperar nuestro turno para el uso del teléfono, hacía que nos arremolináramos junto a él para ejercer presión justo una hora después del primer ring. En ocasiones nos pasaba el auricular para escuchar las súplicas de su novia Adriana pidiendo que le dejáramos el teléfono media hora más. En realidad era bastante simpática y usualmente sucumbíamos ante sus "porfas" o a sus promesas de enviarnos ates de membrillo con cajeta.

Una mañana, el médico tocó desesperadamente la puerta de mi habitación. Corrí tras él al estudio. Ahí estaban todos, incluída la familia S., cuyo hijo y hermano, también doctor, trabajaba en un hospital del D.F. con la novia del cirujano. También la anestesióloga y el músico/mesero eran del D.F. Intentaban comunicarse con sus familiares en vano. Nada sabíamos. Todo suponíamos. El silencio se hacía humo en la espera.

Un día y medio después del terremoto, le pasé una llamada al cirujano. Como en las películas, al recibir la noticia se escurrió por la pared mientras el auricular colgaba de la base del teléfono y la voz de su madre se oía en un fade out lastimoso y terrible. Lloraba gritando su nombre. Lloraba como niño y como hombre solo. Como el viudo que no alcanzó a ser. Mientras lo abrazaba, tomé el auricular y escuché el llanto de su madre. No recuerdo qué le dije. Me distrajo el sonido de un golpe seco en la puerta. Las astillas de madera, la sangre en su puño.

No sé por qué me besó. No éramos amigos. Nunca lo fuimos. Mis labios sangraban mientras repetía su nombre: el mío. La anestesióloga tuvo que separarnos. El cirujano me pedía perdón mientras la nombraba.

Adriana murió aplastada por el techo de uno de los pisos del hospital. El hijo de la Sra. S. sobrevivió en un pequeño claro debajo de unas escaleras derruídas. Rockdrigo murió, y el músico/mesero escondíó su pena frente a la gravedad de otras muertes. La anestesióloga se acabó su dotación de mota de la semana en un día e, imposibilitada para forjar debido a los nervios, nos enseñó a quitar semillas y a mojar bien los zigzags para que los gallitos quedaran apretados. El cirujano se fue al día siguiente sin despedirse de nadie: sólo dejó un sobre con mi nombre con la invitación para su boda.

Era septiembre de 1985. Los seis inquilinos nunca volvimos a sentarnos a la mesa juntos.

Ese día escribí mi primer intento de novela.

martes, 13 de septiembre de 2005

No desearas la rola de tu projimo

And so it is
just like you said it would be
life goes easy on me
most of the time
And so it is
the shorter story
no love no glory
no hero in her skies

I can't take my eyes off of you (x5)
I can't take my eyes..

And so it is
just like you said it should be
we'll both forget the breeze
most of the time
And so it is
the colder water
the blower's daughter
the pupil in denial

I can't take my eyes off of you (x5)
I can't take my eyes...eyes...

Oh, did I say that I loathe you?
did I say that I want to leave it all behind?

I can't take my mind off of you (x5)
I can't take my mind..
my mind..my mind..

('til I find somebody new...)

*******

Hace un rato, justo al meter el auto al garage, empezó esta rola del Damian Rice.
Sólo me recosté en el asiento y cerré los ojos: el cierto homenaje, la ensoñación.
Después la tablatura y la "negrita" sonando. Esta voz: cantando.
La sensación de que, pese a todo -the pupil in denial-, omito el final entre paréntesis.

Cerrar los ojos no es quedarse ciego.

miércoles, 27 de julio de 2005

sábado, 23 de julio de 2005

SD - NY - GVA

De la bolsa podían verse los boletos. Al subirme al auto, tuve la clara sensación de haber iniciado el viaje.

*
Mr. Green pide ventana, dice -por ejemplo-: qué buen aterrizaje. En cambio, yo prefiero los aeropuertos. Los bares. Las salas de espera. Esas historias: El viaje.

*
Detesto volar. Los trenes me marean. I'm the road trip queen. La autonauta de la cosmopista.

*
Estoy considerando doparme para el próximo vuelo. Extraño. Nunca he tomado un relajante o tranquilizante -eso, en mi familia, es una rareza-. Le soy fiel a mis Vivinox o a las gotas de Melissa o al St. John's Worth o a las flores de Bach. Aunque en realidad prefiero un buen baño, un buen trago y un buen sueño. Yumi.

*
"No es lo mismo, pero es igual" (SR dixit).

*
Consejos de mamá: "Si algo te hace sentir mejor, tómatelo. No pasa nada con media pastillita" (Elvia dixit). Y ahora río casi a carcajadas al recordarla. Además, a veces reconozco a la otra que soy cuando me miro.

*
¿Se viaja por placer?

Curioso cómo hay gente que se sorprende al saber que no viajo demasiado, que le temo a los aviones, que prefiero mi casa a un hotel, los sandwiches de queso fresco con alfalfa y aguacate al club sandwich del room service.

Ver, ver, ver, ver. Ver tanto sin mirar. Esa obsesión del viajante moderno: siempre un destino, una tarea finalizada, un indicador para la próxima reunión. Prefiero el trayecto. La ruta. Las coordenadas. El viaje.

martes, 19 de julio de 2005

6.5 US / 3.5 MEX


Siempre me han gustado los pies. Y los zapatos.

En mi historia hay fotos de drianita montada en los tacones de Elvia o de mis hermanas adolescentes en los late 60's/early 70's. Muchas. Recuerdos casi fotográficos: la nítida imagen de esas largas y maravillosas botas de charol y plataforma blancas en las piernazas de "la prieta", mi sis. O la anécdota de la tragedia de los inolvidables suecos rojos que hacían tap tap tap tragados por el mar de cortés y mi consecuente cara de pambazo con mocos en todas las fotos del paseo familiar. O esas fotos de mi graduación de primaria: la primera vez que usé un pequeño tacón corrido en unos hermosísimos zapatos de tiras y pulsera color hueso comprados -muy a regañadientes y después de la intervención de al menos 3 de mis hermanas-, en la también inolvidable Dorothy Gaynor (cuando el centro de esta ciudad estaba vivo). O los zapatos blanquinegros del colegio que año con año mi má pagaba con el plástico de Sam Ellis. Recuerdo también mis zapatillas de gimnasia olímpica. Wow. Mágicas y mugrosas. Los primeros meses, pese a los regaños de mi má, no había poder humano que me hiciera quitármelas. Igual sucedió con mis zapatitos de danza folclórica. O aquellas zapatillas de plástico rosa y amarillo para niñas -en realidad esos fueron mis primeros tacones- que venían con todo y estola glamorosa y pulseras multicolores con diamantina dorada. Cuántas mañanas suspiré porque debía quitármelos después del desayuno para irme a mi segundo año de escuelita. Además, cómo olvidar los intentos de mis hermanos por esconderlos para que dejara de joder desde las seis de la mañana con ese ruidito que a mí tanta gracia me hacía.

Zapatos. Zapatillas. Zapatitos. Tum tum. Clac clac. Tiqui tiqui.

O las pantuflas de satín de Ana, mi otra sis -siempre tan sofisticada-. ¿74 ó 75? (Invariablemente, cuando íbamos a su casa buscaba cualquier pretexto para probármelas una y otra vez). Tan suaves. Femeninas. Delicadas. (No sé en qué momento cambié el satín por las pantuflas de Hello Kitty, je... pero bien dicen que después de vejez, viruela). O aquellos mocasines de suede color rosa mexicano con adornos de chaquira y canutillo -mis apachitos-, que mi pá me trajo de un ni tan lejano lugar cuyo nombre se yergue entre neón y rascacielos. O mis huaraches de tiras romanas cruzadas hasta la pantorrilla. O los zapatitos chinos de lona negra tipo karateca. O mis primeros zapatos de tacón de madera que usé en un bailable escolar: punta, talón, cadera, hombro: do the hussle! (sorry... era sólo una puberta, jeje).

En mi infancia no recuerdo, jamás, un sólo zapato de mujer que no fuera de tacón. Creo que los primeros que aparecieron en casa fueron mis adidas blancos. O los keds que usaba el día de deportes en el colegio. Los mismos a los que tenía que "borrarles" con liquid paper una pequeña línea azul para que las monjas no me regresaran a casa o me bajaran puntos o me pusieran a lavarlos enmedio del patio a la vista de todos. O esos lindos nike's blancos con diagonales rojas -por supuesto, en ese tiempo no eran retrosos-, ¡joder, los recuerdo tan bien! O mis converse rojos de botita con cintas de Betty Boop y cascabeles clink clink.

Luego, cuando ya estaba en edad de merecer y en la casa familiar sólo quedábamos mi má, Moni -otra sis- y yo, sufrí la desventaja de ser la única con pie de chinita: en aquel entonces 5.5 US. Después comprendí que en realidad fue una ventaja: jamás me hubiera puesto los horrendos zapatos verde fosfo que M. combinaba con su cinto verde fosfo y sus arracadas de plástico verde fosfo y su blusón largo verde fosfo y... sí: eran los late 70's/early 80's y nosotros nos pintábamos de rainbow los párpados para ir a bailar "on the radio" a Patinerama enfundadas en nuestros Sergio Valente o en nuestros pantalones de herradura en el trasero.

Unos añitos después recuerdo con harto placer los zapatos picuditos, los de tacón de aguja. Negros. Hermosos. Sensuales. Como los de hoy. Por supuesto, en ese entonces no pensaba en el cansancio ni me dolían los pies ni conocía los Naturalizer o los Merrell o las birck. Tampoco guardaba en el auto un cómodo par de repuesto, -por si acaso-, ni necesitaba pedicures quincenales ni tenía que embarrarme todas las noches aceite de almendras y dormir con calcetines para evitar las grietas en los talones. Oh, no. What a pitty.


Zapatos que guardé a pesar de los raspones. Zapatos que cayeron junto a una cama ancha y sola. Zapatos con los que bailé. Zapatos con los que amé. Zapatos con los que juro que volé. Zapatos con los que soñé. Zapatos con los que caminé calles largas, con los que descubrí ciudades, gente, miradas. Zapatos con los que floté enmedio de un abrazo. Zapatos-brújula. Zapatos-maleta. Zapatos que olvidé en algún sitio justo al descubrir esta vocación de huída. Este exilio. Este adiós que se anuncia en cada encuentro.

sábado, 9 de julio de 2005

El sello personal/Olga Orozco


Estos son mis dos pies, mi error de nacimiento,
mi condena visible a volver a caer una vez más bajo las
                (implacables ruedas del zodíaco,
si no logran volar.
No son bases del templo ni piedras del hogar.
Apenas si dos pies, anfibios, enigmáticos,
remotos como dos serafines mutilados por la desgarradura
                 (del camino.

Son mis pies para el paso,
paso a paso sobre todos los muertos,
remontando la muerte con punta y con talón,
cautivos en la jaula de esta noche que debo atravesar y corre
                 (junto a mí.

Pies sobre brasas, pies sobre cuchillos,
marcados por el hierro de los diez mandamientos:
dos mártires anónimos tenaces en partir,
dispuestos a golpear en las cerradas puertas del planeta
y a dejar su señal de polvo y obediencia como una huella más,
apenas descifrable entre los remolinos que barren el umbral.


Pies dueños de la tierra, pies de horizonte que huye,
pulidos como joyas al aliento del sol y al roce del guijarro:
dos pródigos radiantes royendo mi porvenir en los huesos del presente,
dispersando al pasar los rastros de ese reino prometido
que cambia de lugar y se escurre debajo de la hierba a
                   (medida que avanzo.
¡Qué instrumentos ineptos para salir y para entrar!
Y ninguna evidencia, ningún sello de predestinación bajo mis pies,
después de tantos viajes a la misma frontera.
Nada más que este abismo entre los dos,
esta ausencia inminente que me arrebata siempre hacia adelante,
y este soplo de encuentro y desencuentro sobre cada pisada.
¡Condición prodigiosa y miserable!
He caído en la trampa de estos pies
como un rehén del cielo o del infierno que se interroga en vano
                   (por su especie,
que no entiende sus huesos ni su piel,
ni esta perseverancia de coleóptero solo,
ni este tam-tam con que se le convoca a un eterno retorno.
¿Y adónde va este ser inmenso, legendario, increíble,
que despliega su vivo laberinto como una pesadilla,
aquí, todavía de pie,
sobre dos fugitivos delirios de la espuma, debajo del diluvio?

domingo, 3 de julio de 2005

Fiaca

People who think that nothing can be done.
People who see on the wrong side of the mirror.
People who lost their souls in their own blury existence.

Envy people. Angry people. Little egocentric people.

martes, 28 de junio de 2005

Rocket Dog Samurai (DS Pop Mix)

Yo también creo que hay una rola para cada momento. Samurai me pone feliz. Es decir, la pongo cuando me siento feliz.

Pienso en Mr. Green. Tijuana. Año de 1999. Llega al depa con una sorpresa: un video de Ivan Lins y Djavan. La última rola: Samurai. Decido chutarme toda la soporífera parte del Sr. Lins nomás por obsesiva y loca perniciosa que soy (como cuando voy al mercado y no puedo empezar mi recorrido por el pasillo de enmedio. No: izquierda o derecha. O cuando tiendo -tendía-: todos los calcetines del mismo lado en la misma zona del tendedero. O... enough. Aquí acaba el breviario de diván, je). Finalmente llego a Samurai. Y, como dijera Logovo: OMFG! La mugre rola a la mitad. Así. Sin más. Por supuesto, fue motivo de mentadas de madres y reniegos todo el mes. Finalmente Mr. Green nunca regresó el video a la Tower y aún rola por estos lares con todo y plástico original. By the way, cada vez que lo veo, aún no me explico cómo un regalo tan hermoso pudo ser detonador de la temida y prohibida palabra de uso matrimonial, "moroso". :)

Pienso también en E. Aún recuerdo cuando me trepaba a su auto y escuchábamos esta rola una y otra vez. O los ensayos con V. y G., -aquel trío de trova y milongas: el que ha vivido penando por causa de un mal amor, no encuentra nada mejor que... o Stephanie, no hay dolor más atroz, que ser feliz...-, cuando entre mate y mate y licencia musical Djavanesca, me explicaban por qué creían que E. trabajaba en gobernación (ayayay, aún me duele la panza de la risa, me cae...) Superada la fiaca del momento, estas curadas locales se instalan de pronto y sin permiso con hartas risas y alegría.

Mucho tiempo después, recuerdo de nuevo a Mr. Green con el cd de Presuntos Implicados que dejó en mi buró una mañana de sábado con despertador olor a café. Wow. ¿Leí bien? ¿Samurai? La Driana resorte y ya retumbaba la voz de la Sole en las paredes del estudio mientras yo brincaba de alegría y me colgaba de su cuello de roble, de su torso de roble, de sus brazos de roble. Píldora de la teletransportación. Boleto para el túnel del tiempo. Dulce de leche. Cajeta. Miel.

Basta pues, un instante, para desatar la memoria y los anhelos.

"Me siento tan feliz, dicen que el amor atrae". Chubi-duu...


P.d. Y ahora, en este preciso instante, también pienso en ti. En cuánto querer cabe en el corazón. En lo que se cuece aparte y no se discute. En los cirios pascuales y en el altarcito milagroso. Tú, tú, tú... siempre en mi mente. :)

Samurai / Djavan

Samurai / Presuntos implicados

Called back mix

Muchas veces pensé que la paz había llegado
cuando la paz estaba muy lejos -
como los náufragos - creen que ven la tierra -
en el centro del mar -

y luchan más débilmente - sólo para probar
tan desahuciadamente como yo -
cuántas ficticias costas -
antes del puerto hay -

Emily Dickinson
Traducción de Silvina Ocampo

*
"Este es mi primer sueño con naufragios, no tendré que olvidarlo nunca. Oscura es el agua en los sueños, fría y dura. Mañana tendré miedo de presagios."

Silvina Ocampo. "Epitafio de un náufrago" en Enumeración de la patria.

*
"Yo sospecho que para Silvina Ocampo, Silvina Ocampo es una de tantas personas con las que tiene que alternar durante su residencia en la tierra."

Jorge L. Borges (sobre Enumeración de la patria).

domingo, 26 de junio de 2005

Dorothy


Wizard of Oz: As for you, my galvanized friend, you want a heart. You don't know how lucky you are not to have one. Hearts will never be practical until they can be made unbreakable.
Tin Woodsman: But I still want one.

Curitas para el corazon

Domingo. 99º F. China libre. Futbol. Subway. Pijama.

Mr. Green no está en casa. Viajó a Tj con la familia. Nos hemos llamado un par de veces. Saludos a todos: la suegra (encargos cumplidos, besos, abraxos); la cuñada (¡carnalita!), el concuño (partido de Scrabble pendiente); las sobrinas (Carol recién desempacadita del D.F., buenas noticias de su maestría, -nada mal para una bióloga, jijiji-; Amor y sus recomendaciones musicales: promesas de intercambio de cd's); la Blu en el papel de mamá que tanto niega: no le digas nada, ese derecho no te lo da la sangre, disfrútalo, respeta su elección, sé que es difícil, pero..

-Interactivo: aquí pueden escribir más clichés. :)

Del otro lado del auricular, el hijo postizo. OMG! Suena a hombre, pff... 23 años, concentración en Irak y bodorria soon. Omito lo primero, menciono lo segundo. Nervios. Intento no llamarlo con el diminutivo de hace diez años. Quizá más. Hablo con torpeza. Demasiado tiempo sin él.

Desde acá, pegada a la compu en obligaciones laborales con calidad de urgente, me emociono con el reencuentro familiar. Cómo no hacerlo. Tantas conversaciones a la hora del cigarro, en la hora anterior al sueño, en la carretera.

Cuelgo y ya estoy en el depa de Tj explicándole por qué no puedo ser su mamá. Que ya tiene una. Que yo lo quiero igual. Que si el amor, que si la familia crece. Intentando comprender la fórmula que suma padres y madres y novios y novias. Desarmada ante el dibujo familiar que le pidieron en la escuela. El que decidió hacer: papá, mamá Blu, él. Llevándolo a clases. Bajándole la fiebre. Cocinándole arbolitos. Haciendo tareas: la suya de kinder, la mía de universitaria. Acurrucados en la cama de agua que tanto nos hacía reir. Viendo caricaturas. Haciéndonos cosquillas. Meses y meses compartiendo la rutina del amor entre la inestabilidad de la madre y su novio que la deseaba sin hijos, y el padre treintón con novia de veinte.

-Joder. ¿Yo viví todo esto? :)

Recuerdo a mi madre: Elvia cuidándolo mientras íbamos al cine. El llamándole abuelita, dejándose querer. Más primos, más fiesta, más casas.

O la época en que sufría porque no podía saludarme y me decía con puchero que su mamá lo iba a regañar si me abrazaba. Cómo explicarle el puto juego encarnizado de los adultos.

Luego quise hijo con firmas, papeles, certezas, futuro -arreglen sus broncas que ya tengo muchos curitas en el corazón-, y la cosa se jodió (ruido de abogados, mucho, mucho ruido). Error. La madre quiso de nuevo y de vuelta al hijo, se lo llevó lejos, hasta el tercer o cuarto marido. El padre apostó que la tercera es la vencida y yo formé el club de las terceras esposas. Vaya lío.

Elvia nunca me habló de la mugre y los platos rotos. Nunca me dijo que el pastel se desinfla si lo sacas del horno. No fue necesario: sabía que, tarde o temprano, iba a darme cuenta.

-Qué ajeno aquello que nos constituye.

Domingo. 99º F. China libre. Futbol. Subway. Pijama.

miércoles, 22 de junio de 2005

The answer is easy if you take it logically

1. E. tocando en el ensayo. Cierta complicidad. La mirada.
2. E. cubriéndola con su chamarra, su bufanda. Acercando el auto.
3. E. abriéndole la puerta, reclinando el asiento. Cantándole: Sade.
4. E. caminando hacia ella, seguro, sonriente. -Ese desfile.
5. E. abriendo la llave de la tina, verificando la temperatura.
6. E. desvistiéndola, desmaquillándola, preparándola.
7. E. cocinando mientras ella alcanza la eternidad de una ablución.
8. E. peinando sus cabellos largos, húmedos, negros.
9. E. poniéndole aceites, cremas. La enorme camiseta.
8. E. y la mesa puesta: arroz, verduras chinesse style. Velas, ritual.
9. E. guiándola hacia la cama. Ella dejándose hacer. Casi siempre, rendida.
10. E. de pie en la estación de autobuses, esperando. E. afuera de la puerta de su escuela, esperando.
11. E. y toda su alegría. Contagio. Salsa, baile, bromas, jolgorio.
12. E. siempre extrovertido. El coqueto de la cuadra. Kind of you knew it.
13. E. siempre varonil. Trajes a la medida. Sombrero de galán. Perfumes exóticos.
14. E. siempre deportivo. Mallas de ciclista. Muslos amplios. Olor a limpio.
15. E. regalándole un collar de plata, pidiéndole que usara el cabello recogido.
16. E. atesorando sus fotos. Cartera, colchón, auto.
17. E. a la conquista: intenta, falla, reintenta. Nueva dinámica: presa. Nuevo vocabulario: quédate.
18. E. intermedio. Otros. Otras. Ida. Regreso. E. pendiente de las novedades.
19. E. siempre encantador. Coqueteando, follando. Dotes de macho.
20. E. presentándose con la familia de ella del brazo de X. Ella: this time you've got too far.
21. E. en el asiento trasero mientras ella se besa con X. E. escapando del auto por una ventana.
22. E. y su compañera de salón como next affair. Pueblo chico.
23. E. want to be indiferente. Ella you broke my heart but you'll never know it.
24. E. tras la puerta con flores, sonrisas, alegría. Just in time.
25. E. círculo. Guerra, tregüa, reconstrucción. Vela encendida. -He's not, but almost.
26. E. desencajado. Ella: revelación, indicadores, certezas. El: otro.
27. E. exorcizando demonios. Culpa. Confesión. Llanto.
28. E. acurrucado en sus brazos. Noches largas, sofocadas, rotas.
29. E. conoce a G. Leve disputa de territorio. Ella: silencio. Para un trío, cervezas.
30. E. diciéndole a G. en voz media: pensé que esa mujer sería la madre de mis hijos.
31. E. confesándole a ella en voz baja: pensé que necesitabas vivir, que regresarías.
32. E. rompe el silencio horas antes del gran día: ¿estás segura? Toma tres. Escena cinco.
33. E. una tarde en la playa después de muchos años. Bolero: cuando no pasa el tiempo.
34. E. consuelo, certeza, confianza. Luz de luna entrando por la ventana de una habitación.
35. E. durmiendo mientras ella lo abraza. La proximidad no es cercanía. Sin embargo...
36. E. llamando una y otra vez desde un hotel mientras ella descubre una ventana, un gato.
37. E. saltando bardas, tocando rejas, puertas a medianoche. E. gritando su nombre. Ella: silencio.
38. E. en un lío legal de herencias y familia. Declara, por favor.
39. E. dijiste que estarías siempre. Te necesito. Cuento contigo.
40. E. sufre, ruega. Ella duda, traiciona. Novela: Pídeme cualquier cosa, menos ésto.
41. E. llena su cofre de la desilusión.
42. E. se aleja. Ella se aleja. Aire enrarecido.
43. E. la cita en un estacionamiento. Le compra un pequeño joyero rojo de la India.
44. E. conversa fluídamente, habla en plural, en futuro. Ella sonríe: sabe que es el final.
45. E. le suelta el cabello. Por los viejos tiempos, dice. Ella le recuerda que así no le gustaba. -Ahora sí.
46. E. la ve irse en su auto. Ella siempre tiene una maleta y 70 millas para el olvido.
47. E. reaparece en una tienda de música. Nervioso, le presenta a un sobrino alto, bronceado. Hermoso.
48. E. habla de su relación con X. De su hijo. Ella lo observa. G. conversa animado.
49. E. sale rápidamente de la tienda. Ella piensa en las horrendas sábanas de tigre que nunca le gustaron.
50. G. voltea a verla, triunfal. Ella guarda silencio. Fuma. Su devoción, recuerda su devoción.

Transito/Blog de verano

Nada es permanente,
excepto el cambio.
Heráclito.

viernes, 10 de junio de 2005

Meme musical

Va la respuesta al meme que me pasó Aldán.
Parte de la banda sonora de la Singalone. Música, memoria: siempre juntas.

Un agasajo meterme en este track. Que lo he disfrutao' (y de eso se trata: de gozar y compartir).

Y bueno, está visto que no puedo con la regla del cinco. Mjm...

*
Volumen total de música en mi computadora:
'I just can't get enough, I just can't get enough...'

El último CD que compré (¡Thanx to Music Trader y Comercial Mexicana!):
Nine Inch Nails, Closer to God
Yo-yo Ma, Obrigado Brazil
Messiah, Handel, Mormon tabernacle
Travis, The invisible band
Air, Talkie Walkie
Nick Cave & The bad seeds, Abattoir blues
Massive attack, 100th window
Beck, Güero
Gustavo Cerati, + bien
José Alfredo Jiménez, Exitos

Canción reproduciéndose ahorita:
Ali's here, Ali Farka Touré

Cinco canciones que escucho y significan mucho para mi:
Uy, precisamente por esta pregunta dudé en responder este meme. Del nabo. I can't. Así que sigo la línea kundunesca y luego tomo el camino vecinal y la desviación hacia la izquierda.


5 en inglés:

Wish you were here, Pink Floyd
Difícil superar la eterna fijación por Pink Floyd. Lo que me mueve, lo que me reconcilia. Lo bien que suena aún con el paso del tiempo. Lo que me emociona. Esta rola en particular me recuerda esa sensación de esperar algo siempre, de siempre extrañar a alguien.

My funny valentine, Sarah Vaughn
Mmh... de esas rolas coleccionables, escucho casi todas las versiones que tengo con regularidad: Rickie Lee Jones, Frank Sinatra, Ella Fitzgerald, Keith Jarret... Because 'each day is valentine's day'. Por el 'are you smart'? que en mis sueños más febriles tantas veces he imaginado cantar -a la hora de la hora-, en posición horizontal y marchita.

Glory Box/Give me a reason to love you, Portishead
Pff... Me gusta esta banda. La aparente simplicidad de la voz de la Gibbon's, las armonías, los tonos relativos. El aire melancólico, el emocore como nueva versión de las galletas de animalitos. Aggh... because always 'it's time to move over' (and stay no matter what).

Summertime, Ella Fitzgerald/Janis Joplin
Por la fuente que mana hacia adentro. Por las vocales alargadas y la voz rasposa. Porque hay reinitas que llevo tatuadas en estos brazos de matrona. Porque allá en el depa de Las Palmas de Tj, enronquecí y enruquecí con la Janis. Por la intensidad. Por los excesos. Por un par de poemas, los arrimitos y la revelación de la palabra y el sonido.

Digging in the dirt, Peter Gabriel
Clap, clap, clap... Pff! Cualquier rola o pieza musical de PG. No me tomé la molestia de preocuparme por escoger. Por recordación, por inmediatez, definitivamente esta rola de Us: 'This time you've gone too far, I told you, I told you, I told you'. Sus horizontes creativos -no sólo musicales-, a nivel de concepto: videos, diseño gráfico, web page. Su incursión en música para películas, en trabajos conjuntos, en difusión musical de otras culturas. La palabra siempre precisa, las imágenes que sacuden como ráfagas de recuerdos. Wow. Definitivamente, megafan.

Moon over Bourbon Street, Sting
Porque fue el primer concierto al que fui con Mr. Green. Porque en diecisiete años jamás lo he escuchado cantar y, sin embargo, esta rola me la chifló toda una noche dentro de un vocho blanco camino a lo que -en ese momento supe-, sería nuestra casa. Por los amores difíciles y los amores contrariados y los amores gozosos. Por su mirada, esa brújula. Porque en mi etapa de ensenadense Sting (y Doors) fueron mi mejor terapia contra el just married y el ah, look at all the lonely people. Porque 'It was many years ago that I became what I am'.

NOTA: Ups. Eran cinco. Porfa borren esta última. :)


5 en español:

Vamonos, Eugenia León
Aquellos que me conozcan bien saben que cuando empiezo a cantar: 'Que no somos iguales, dice la gente', ya valió madres. Otros dirán que me aprieto, pero eso no importa. Aquí se trata de esos séntidos momentos que no necesariamente tienen qué ver con los tequilas eventuales y sí con la maleta siempre dispuesta. Fuga y apañón, pues. O a la inversa.

Un poco más, Olga Guillot
Qué difícil poner un sólo bolero cuando El bolero es parte fundamental de mi infancia, de las postales familiares, de los tarareos de mi madre, de esas largas y memorables sesiones musicales con mi pá. O de mi maestro de guitarra que se quedaba dormido sin dejar de llevar el tempo y apenas dejaba de tocar despertaba hecho una fiera sin perder un segundo el ritmo. De los 8-track's y los paseos de fin de semana, de la complicidad con mi padre para jugar a 'adivina qué rola es con el primer acorde' o 'adivina de quién es este bolero' o la consabida consulta al cancionero Picot y a la enciclopedia de música del buró del lado derecho ahí junto al aparato de música. Tanto qué decir. Elena Burke, Omara Portuondo, Olga Guillot, Mona Bell. Tantos qué nombrar. A ritmo de son, de jazz, a capella: siempre hay uno que me recuerda de qué estoy hecha.

Lucha de gigantes, Nacha Pop
Antes de Amores Perros, ya hacían guau. Prendidísima de esta rola que hube de dejar en paz un tiempo gracias a la saturación de la banda ancha, el am, el fm, las reuniones, los videos y la música del vecino. No importa. Vuelvo con gusto. Además, fue una de las primeras rolas con las que retomé la guitarra y que hoy maltoco. Y esa letra, los coritos del final, las imágenes que guardo en el cofrecito de la desilusión (oh, sí, otra Sra. Arnoux), el mundo descomunal. Dudé en poner esta rola. Cómo no poner algo (todo) de los tacubos o de Soda Stereo o de Radio Futura -hey, kundun, no es copipeist-, bandas que me prenden, rolas que desatan los recuerdos y las erupciones. Pero es una rola, pues. Vaya pesadilla.

Viernes 3 am, Charly García
Aaagh... no sabía cuál poner. Tenía qué estar Charly. Sus letras, sus recreaciones y renovaciones musicales, su apuesta, su genialidad. Definitivamente parte de la banda sonora de mi vida. Los arreglos del desenchufado, el beat, ese humor acidito y corrosivo. Charly es Charly y pa' mí su música es de cabecera. Yendo de la cama al living, Fanky, Cerca de la revolución (por qué no vienes hasta mí / por qué no puedo amarte). Pero no, puse ésta porque es una herida abierta: el desencanto, la fatiga, los violines, la lira rasgadita, los dedos golpeando el piano contundente, el crescendo, cierta agonía, el sensual abandono... aggh... ¡un rolón!

El amor después del amor, Fito Páez
Ciudad de pobres corazones, Yo vengo a ofrecer mi corazón, Al lado del camino, El tráfico por Katmandú, Pétalo de sal, Un vestido y un amor, Detrás del muro de los lamentos, Cadáver exquisito, Flores en su entierro, Llueve sobre mojado... ¡Hey, esto es trampa! Jijiji... Pues otro gurú, mamón y todo, pero intensísimo y talentoso. Otro cofre que se abre y luego el túnel del tiempo y otra vez las recreaciones y el asombro. Una vieja bandera que el tiempo mantiene intacta. Oh, sí.

[Y como sólo son cinco, no puedo decir que sí, que me gusta Joaquín Sabina y que tal vez hubiera puesto Ruido -mucho, mucho ruido- porque me recuerda el tiempo de escurrirme tras la puerta apenas cerrarla, o la casa a oscuras y el cigarro como luciérnaga, o las separaciones y las preguntas: siempre las preguntas. Pero no dije nada, así que esta no cuenta].


5 en fú menor:

The Kohln Concert, Keith Jarret
Por el intercambio de fluídos gozosos y dolorosos. Porque lo que toque Jarret es fregón. Porque El también toca el piano maravillosamente y siempre tendrá un cirio pascual encendido en la capillita de mi memoria. Por el sí (y sobre todo por el no). Porque siempre llegó tarde. Por toda la carretera camino a Colonia con 70 millas de consuelo -para el olvido-.

Los pájaros perdidos, Astor Piazzolla
Siempre un tango. Siempre Piazzolla. La nostalgia, la impotencia, la perfecta intención. El subirse a la ola justo en la cresta, luego la caricia de la espuma y de nuevo la ola que revienta en la piedra (ah! cómo me gusta esa imagen). Por el altar de la memoria. Porque me recuerda invariablemente a aquella vikinga, mi maestra de vocalización con su virtuosísimo y enjundioso pianazo y, sobre todo, por su complicidad para 'dar serenata' directamente hasta Insurgentes. Porque antes de todo ésto, Piazzolla ya era. Y porque después de todo ésto, Piazzolla también forma parte de mi memoria virtual.

Well you needn't, Thelonious Monk
Jazzy, bebopeado, cantadito. Pff... qué regocijo. Otro beat que me emociona. Quizá las Monk Suites de Kronos Quartet contribuyeron a volverme cliente frecuente de TM. O quizá es porque allá por el '90, escogí esta rola como rúbrica musical para un programa de radio que produje en Ensenada; ton's los recuerdos se acumulan, desordenados y greñudos como son (y hacen de las suyas). Los impros, la prosodia única del jazz que habla de gozo y talento, de soltura y mesura. [Y en esta parte me siento mal porque no puse a Mingus, buaaa...]. Y sniff.

Oh fortuna imperatrix mundi, Carl Orff
Ya, ya... se ha dicho tanto, pero bueno, Carmina Burana es una obra majestuosa. Más intensidad, sip. Es un viajesote, un trance. No puedo escucharlos sin poner toda mi atención, sin despojarme. Sé poco de 'música clásica' pero eso no me impide disfrutarla, sin embargo, tampoco podía escoger algo. Estaba entre Puccini y el primer acto de Madama Butterfly; El anillo de los nibelungos de Wagner; la Water Musick de Handel; el Intermezzo de Cavalleria Rusticana de Mascagni... ¡Tanto! Beethoven, por ejemplo.

Maraire, Kronos Quartet
Del album Pieces of Africa. Bellísima. Alegre, nostálgica. Todo este album es puro contento. La memoria en on y luego las mañanas soleadas, las sonrisas. Mr. Green con toda su prudencia. Los abrazos que ocasiona Kronos Quartet. El recuerdo perfecto de la portada. Nuevas rutas para la cartografía del alma. Cuerdas (siempre cuerdas), percusiones que levantan el ánimo, ensanchan el espíritu. Disfrutable y recomendable.

[No alcancé a poner a Philip Glass con Heroes -Bowie/Eno- o Songs from Drella de Lou Reed y John Cale en homenaje a Warhol. Buaaa... qué lástima.]


Cinco personas a quienes les paso este cuestionario:
1) Logovo? Mmh... ya lo hizo, think so. 2) Laudato? Sospecho que los memes no van con su personalidad. 3) Chicatriste? Creo que si se aparece por aquí un buen día y decide responderlo, confirmaré por qué es mi chica preferida. 4) La Jurado? Probably, aunque su blog sea privado: buuu... 5) Sandino? No creo. La música viene en dosis poéticas. 6) Mr. Beat? Mmh... sería interesante descubrir sus respuestas, pero creo que hace un buen que no pasa por esta esquina.

-Bueno, ya pensaré en alguien. :)

Digging in the dirt/Peter Gabriel

jueves, 2 de junio de 2005

Laudero

La última vez que ví a Laudero estaba parado entre los asistentes a un concierto de oldies but goodies en el que me aventé un breve palomazo con la ya tradicional Summertime y, si mal no recuerdo, Honkey Tonk Woman. Ahí estaba aplaudiendo, gritándome algo que no alcanzaba a escuchar -pero intuía. Mientras cantaba, volvía la mirada a su rostro. Compartía la emoción y el respeto, la pasión por la música, la adrenalina, el gozo. Ese espíritu que todo lo transforma arriba de un escenario, en la mesa con amigos de un bar cualquiera a la hora del trío, en la soledad de una habitación, en los impros de algún ensayo mágico.

Hace un par de semanas nos reunimos precisamente para explorar la posibilidad de hacer música juntos. Tímido como es, tocó una rola que compuso pensando en mi voz. Me emocioné. Mucho. Intercambiamos impresiones sobre la letra, ensayamos para familiarizarme con la rola... empezamos pues, a montarla. Días después le envié una propuesta de ajuste de letra, del concepto general de la rola. La recibió con humildad y profesionalismo, emocionado por la forma en que estaban fluyendo las cosas.


-Mjm... creo que es hora de subirme al barco que he visto navegar desde la orilla (y cuyo acercamiento se reduce a aquel trabajo maravilloso con los Bluseros del Norte y a mis breves palomazos en las rockeadas de El Bule o del rollo tanguero. -No, no cuento las sesiones de Karaoke, je).


Ensayamos de nuevo. Estructuramos la rola. Tuvimos una intensa sesión creativa en la que mis sugerencias a nivel musical empataron con su idea musical original (tonos relativos, búsqueda jazzy, matices). A pesar de mi inexperiencia en el rollo de la composición, a pesar también de mi timidez, no hubo barreras para el trabajo en equipo. Compartimos la visión de trabajar en nuestro proyecto low profile, grabar las rolas, avanzar poco a poco así, clavados como somos. Conversamos también sobre literatura -su otro yo-, escuchamos música, derretimos el hielo con sonrisas y citas citables. Emi, Mr. Green (always), los amigos que están, los que se fueron.

Sé que escuchar música o hablar sobre música no es hacer música. Conozco mis limitaciones. Sin embargo, lo que más me motiva en este momento es la exploración de mis alcances. El trabajo en equipo, el seguimiento, la visión de futuro. He gozado tanto el proceso de hacer música, que poco me he ocupado en sus resultados.

Ojalá que algún día podamos escuchar la grabación de nuestras rolas. Reirnos de su simplicidad (o su ostentosidad). Aprender. Avanzar. Durar y, por qué no, arder (Barthes dixit).

En su blog, Laudero escribe para ASH: Cómo hablar. Digo yo que desde ese otro lenguaje que hoy nos une: haciendo música.

lunes, 23 de mayo de 2005

Para la ternura siempre hay tiempo

Hoy es un buen día. Salí con sol de la oficina. Llegué con sol a casa. Después de mes y medio, ví cómo el reloj de la cocina marcaba las ocho de la noche. Saqué a pasear a la rumba. Regué el jardín. Hablé por teléfono con un par de amigas. Entré al messenger un rato. Disfruté mi casa, los rincones, la luz que entra por las ventanas de la escalera. Disfruté la lectura, las correcciones, el olor a imprenta en las páginas de un libro nuevo.

Van Morrison canta Brown eyed girl (es decir, Van Morrison irremediablemente habla de nosotros), mientras mis ojos recorren la promesa de un baile a la luz de la luna. Dejo de correr. Me rindo a ti. Rodeas mi cintura. Apoyo mi cabeza en tu pecho. Me recibes, abierto. Me abandono y sé -de cierto-, que no hay mejor sitio que tus brazos.

Sonrío. Estoy en casa (you gimme love, love, love, crazy love). He regresado.

Have I told you lately that I love you/Van Morrison & Sinead O'Connor

Crazy love/Van Morrison & Ray Charles

martes, 17 de mayo de 2005

Would you?

Well... it's a marvelous night for a moondance.

martes, 26 de abril de 2005

Belleza, no rencor

Se rompe: ese estallido. Fragmentación. Astillas. Dolor. Puño apretado. Tic tac, hora de regresar al trabajo. Luego, determinación. El control: esa ilusión.

Bastó mi adicción por la piromania y la pirotecnia. Being a believer. (En el fondo, soy como mi madre: cierro los ojos y creo que no pasa nada. Creo en la magia. Suspiro cuando veo por la ventana la belleza que regocija -que hiere-. Me azoto).

Amistad. Confianza. Lealtad. Hablo de una daga y una mano. Hablo de una herida. De mi cerebro -este corazón-, levantando una muralla. Hablo de esta risa sarcástica, de esta viñeta y puñeta secundariana. Hablo de esta casa abierta. (De lo ridículamente humano que es cruzar la cuerda floja sin red).

A friend is not a friend, if? Fumo. Disfruto. El instinto sabotea temporalmente la memoria. Me incorporo. Abro la ventana. Sonrío.

lunes, 18 de abril de 2005

Mujeres al borde de un ataque de nervios

Estoy de vuelta en los trajines de tiempo repleto en oficina. Estoy de vuelta pero una parte de mí aún no ha regresado del 'sabático'. Doy maromas de mis clientes como free-lance a los horarios de oficina y las juntas y los reportes y la casa y mi yo Susanita y la escritura y la lectura y el blog y los chacoteos con l@s amig@s y la pareja y la familia (lo sé, nada que cualquier mujer común no haga: aunque suene excesivo, no lo es. Muestras, hay muchas). Aún no me acostumbro de nuevo a todo el circo que hace dos años decidí dejar por salud física y mental, por nuevas apuestas, por preferencias y plan de vida. Es más, aún sigo preguntándome si valdrá la pena bailar por dinero -como el chango-, aunque de antemano sé la respuesta.
Me sentía bien como profesional independiente -pero no aguanté el subibaja-.
Y heme aquí, de vuelta en los organigramas. Lejos, muy lejos de lo que hace muchos años creí que sería mi oficio.
Sé que este post es más un apunte de querido diario. Un desahogo mental a la hora de lavar platos o antes de dormir. Qué importa. Necesitaba regresar a este lugar. Recobrarme. Conjugar otros putos verbos.
Sé que en los blogs el factor frecuencia es uno fundamental (Bruno Ruiz dixit), así que espero que en esta transición me quede un lector de los tres que tengo, jeje.
Por lo pronto este post es para decir: aquí estoy, los leo. Y, sobre todo, para reafirmar que aquí estoy, y escribo.

jueves, 7 de abril de 2005

miércoles, 6 de abril de 2005

De pelicula

-You don't know the real me.
-There isn't a "real" you.
-Oh yeah. I forgot.

martes, 5 de abril de 2005

Indecision/Yo-yo Ma, Edgar Meyer, Mark O'Connor

Read/William Faulkner

Read, read, read. Read everything - trash, classics, good and bad, and see how they do it. Just like a carpenter who works as an apprentice and studies the master. Read! You'll absorb it. Then write. If it's good, you'll find out. If it's not, throw it out of the window.

jueves, 24 de marzo de 2005

Amazing Grace/Aretha Franklin

Amazing Grace/Ani Di Franco

Walk with me/Lizz Wright

Walk with me/Mahalia Jackson

En el polvo y la ceniza

El es el que está detrás del gran silencio. Bajo el oscuro manto de silencio está El. Aquel que calla, el infranqueable. Ausencia y silencio, perpetuidad. Lo fugitivo y errante. Lo ininteligible. La íntima presencia, la luz toda. Rezo. Me abandono a su misterio (creo porque sé). Cada acto de fe, cada plegaria, me acerca a mi necesidad de poseerlo. Todo cuanto está a mi alrededor lo nombra. Mi corazón mismo se inflama cada vez que El se hace presente. Padre, no me dejes sola en este viaje (la búsqueda que no encuentra, el peregrinar eterno). No tu rostro, quiero: la certeza. Sólo en el silencio que eres soy a tu imagen y semejanza. Rezo. Mi voz clama al silencioso, al invisible, al inexpugnable. A aquel cuya gracia y virtud me salva de mí misma. Ante El inclino mi cabeza. Al vapor de agua, al espejismo que clamaba Jeremías. Al que San Juan de la Cruz nombró el que 'era ido'. Pienso en los caminos de la fe: duda y certeza. Rezo. De nuevo me abandono a su misterio. Estoy ante el umbral de su reino. Nada más fino que su silencioso amor. Nada más alto que su espíritu. Pienso en Jesús en la cruz. En el peso asfixiante del silencio del Padre. Rezo. Como Job, me arrepiento en el polvo y la ceniza.

Unamuno

Dios es aquel que siempre calla desde el principio del mundo: he ahí el fondo de la tragedia.

lunes, 21 de marzo de 2005

Time out

Time to resemble M Y S E L F.

sábado, 12 de marzo de 2005

Envidia/Eugenia Leon

Envidia/Juanito Valderrama y Ana Belen

Envidia/Vicentico Valdez

De tigres

Al tigre le duelen dos palabras.
Se violenta. Toda la noche ruge.
Como si al decirlas no jugara a rendirse: lo hiciera.

Hermoso como es, salta y ya mi cuello en su hocico:
Ataca. Domina. Posee. Cela.

Yo me dejo arder (como si en ello se me fuera la vida).


Gnisash Ahaled

Cereal box talk

Sólo en el silencio la mirada del otro se revela.
Silencio que no ama. Silencio que no habla.
Silencio que no habita. Silencio que no define: Silencio.

*

Romper el silencio: Parir tu nombre: Rezar.

Volcano/Damien Rice

Invisible hands/Joseph Arthur

miércoles, 23 de febrero de 2005

La que acoge y conforta/Tomas Segovia

La que acoge y conforta
la que marca con su espera el lugar del término
la que no es pregunta pero hace posible la respuesta verdadera
la que ve mi visión
la que es estela en el agua y oriente en el aire y regazo para ser comprendido
la que dialoga en la soledad
la invisible compañía
aquella a quien hablan las palabras no dichas
la que vive y respira en mi intención
la que recibe mis pensamientos
la que devuelve mis preguntas transfiguradas
la aguja del compás cuya punta errante soy yo
la que hace mi casa en todas partes
la que conversa en el bosque que oigo hablar
la que medita en el crepúsculo que me inunda
la que duerme en los soplos que me hablan
la que ríe siempre ríe en el día inmortal ella
horizonte que mira luz que acaricia
medida del cambio alma del vuelo
secreto del amor
—traicionada olvidada perdida
ángel negada mirada sin respuesta
reina desfigurada diosa muda
el viento ya no es tu voz
mis horas no son las perlas que tu mirada traspasa y une
mis palabras se disuelven en el aire
ya no sé descifrar lo que digo lo que hago
alguien que no he llamado se instala en mí y piensa brutalmente
su mirada feroz nunca se tranquiliza
y el agua no tiene alma el aire no palpita
la tierra está gris y yerta como un asesinado
nada canta nada ríe el coro está disperso
el tiempo suena a hueco las horas caen a tropezones
qué espero por qué vivo
por qué cierro los ojos con violencia en espera de que acabe el día
quién es este que se obstina en ofrecerse al torrente del tiempo
por qué pisa la tierra por qué respira el aire
por qué mancha y aplasta y pudre en torno suyo
ah no permitas más esta vergüenza
ángel alma pureza ven
vuelve no te lleves la espada de fuego
incéndiame lléname hasta los bordes de pesada ceniza
sacúdeme con tu vuelo huracanado
no me perdones no soy yo a quien perdonas en mí
devuélveme tu amor y tu desgarradora existencia
tu dura alegría tu quemadura solar
cuando fui el amado de la tierra desnuda
el deseado de la pulcra indigencia
el predilecto de la Madre descarnada
cómo podré perder la culpa de perderte
matar el asesinato borrar la ausencia
olvidar el olvido apartar este desvío
cómo llamarte sin violar el secreto de tu nombre
cómo pedirte una respuesta a ti silencio suficiente
una sola palabra proferida paralizaría coagularía pulverizaría tu amor
cómo buscarte sin apartar los ojos de este horror
no no te miro no tienes que mostrarte no digas nada
mas sigue detrás de mí materna Eurídice.

lunes, 14 de febrero de 2005

martes, 8 de febrero de 2005

Las vocales malditas/Oscar de la Borbolla

Ayer, como casi todos los lunes a las 6:45 a.m., llegué al super a hacer el mandado (como La patita). Sorpresa: Las vocales malditas junto al Manual de la perfecta cabrona y el Mundo reiki. Pff... ¡por fin! Este es un libro que he comprado un par de veces e, invariablemente, termino por regalar. Es un libro que me gusta. Mucho. Un libro que extrañaba.
Dicen los editores: 'Las vocales malditas es uno de los libros más extraordinarios de la lengua española, pues cada uno de los cinco cuentos que lo integran está escrito única y exclusivamente con palabras que emplean una misma vocal y, pese a este riguroso y dificilísimo artificio, conocido como lipograma, ODLB logra cinco historias redondas, de un profundo humor negro y de un recalcitrante mensaje subversivo'.
Yo sólo digo que es un ejercicio literario divertido e inteligente. Una referencia obligada.

*
Los locos somos otro cosmos

[...]
- No, doctor. No -sopló ronco Rodolfo-. Los shocks no son modos. Los locos no somos pollos. Los shocks son como hornos; son potros con motor, sonoros como coros o como cornos... No, doctor Otto, los shocks no son forzosos, son sólo poco costosos, son lo cómodo, lo no moroso, lo pronto... Doctor, los locos sólo somos otro cosmos, con otros otoños, con otro sol. No somos lo morboso; sólo somos lo otro, lo no ortodoxo. Otro horóscopo nos tocó, otro polvo nos formó los ojos, como formó los olmos o los osos o los chopos o los hongos. Todos somos colonos, sólo colonos. Nosotros somos los locos, otros son loros, otros, topos o zoólogos o, como vosotros, ontólogos. Yo no los compongo con shocks, no los troncho, no los rompo, no los normo...

Pasillos

Dices que el blog es un instrumento de la democracia. Algo así. O que la praxis bloguera (son tus palabras) debiera ser un método alternativo para reafirmar, posicionar y tejer la urdimbre afectiva entre el escritor y el lector. Hablas, quizá en demasía, de la mediatización de los espacios culturales. Luego sigues con la importancia de la frecuencia y la oportunidad para la consolidación de un bitácora seria: un blog como referente cultural 'más allá de las fronteras' (ese sentido de pertenencia a una clica anárquica y universal, la extensión del brazo creativo, la comunión adictiva del post to live: el blogger como el outsider de las letras).

Yo sólo te repito que cada proyecto es distinto. Que la intolerancia y el autoritarismo hacia lo que no es como uno no es nada democrático. No escuchas. No hablas: dices (recitas un discurso a una audiencia complaciente e imaginaria -ese deseo-). -¿Por qué tendría qué explicar lo evidente?, ¿Por qué tendría qué decir que mi blog no tiene mayor pretensión que compartir lo que me define/lo que no me define?, ¿Mi patria es superficial y profunda? ¡Por favor!, ¿O encontrar la mirada del 'otro', un roce, un guiño?, ¿Por qué tender puentes es un ejercicio inútil?

Yo sólo te repito que mi trabajo literario es aquél (y éste). Que éste no es el blog de una autora: es un blog sin mayores pretensiones (remember: soy humana y vibro). Del ama de casa. De la working woman. De la mujer fragmentada/integrada. Este es un blog de una mujer en tránsito. Y hablas entonces de una responsabilidad social, de seriedad intelectual. Y digo yo que el análisis de la realidad es precisamente la línea que nos separa. La lectura de los indicadores. La mezcla de variables. Y luego me encabrono y te digo que no tienes sentido del humor, que el mundo no cabe en la palma de la mano, que tanta seriedad me abruma. Que 'outsiders' mis déstos. Y hablas de nuevo de democracia. Y luego de Gramsci y la hegemonía. Y yo misma termino diciéndome ¿qué putas hace Gramsci en esta conversación? Gramsci es otro asunto. No mames. Reproducir esquemas (transformarse en la vaca sagrada, en el objeto de nuestros odios y frustraciones: el dedo que señala es lanza que regresa) no es, de ninguna manera, apostar por un proyecto literario libre y democrático. Que no. Joder, que no. Si el discurso de ciertos intelectuales es vertical y aburrido y excluyente, la intolerancia y el autoritarismo (otra vez) son, precisamente, la misma cosa: también cierran puertas. Y ahora tú te molestas y me dices que no te tire mi rollo de la inclusión/exclusión. Y vuelvo a decirte lo mismo. Elegir es renunciar. Elegir es afirmación (no negación).

No me convences. No formo parte de tu audiencia complaciente e imaginaria. Y no te convenzo. No puedo. No quiero. Y francamente en este preciso momento, me aburres. Y abres los ojos y aprietas los dientes (ahora sí escuchas). Y me dices con un tonito sarcástico: feminista. ¿Feminista?, ¿Qué es ser feminista? -sí, sí... todas las mujeres a las que les sube agua al tinaco son feministas y todas somos putas menos tu mamacita santa-. Me cae que ese discurso es tan obsoleto -tan básico-, que lo único que me provoca es fiaca. Ajá, qué pedantería. Dices: no voy a enfrascarme en una discusión estéril. Me río, digo: no es la discusión lo que es estéril.

Y te despides, das por terminado el intercambio.

Preguntas: ¿Regresarás a la facultad? ¿Géneros periodísticos o Publicidad?
Respondo: ¿Guionismo de radio o Teoría de la comunicación? -No sé.

Volteo, grito: abre un blog, escribe un poema, adopta una mascota, cómprate un karaoke, coge: luego hablamos.

lunes, 7 de febrero de 2005

Blister in the sun/Violent femmes (The Clash cover)

Para inaugurar los covers de las féminas violentas, uno de... mjm... precisamente. Y entonces estamos en los ochentas. Ochenta y tres para ser precisos. Aunque yo los conocí un poco después y fue amor a primera oída (la historia de mi vida, je). Así empecé mi mañana de sábado. Alta mañana. Soleada mañana. Luego otro cover de los Ramones (I wanna be sedated) para hacer menos virulentas las tareas domésticas. Después la gana de compartir a varias de mis féminas consentidas. Varias de las rolas de la banda sonora de mi vida (aja: bandototota).

Vale la pena el trip.

Enjoy it.

Heart of gold/Tori Amos (Neil Young cover)

Hurricane/Ani Di Franco (Bob Dylan cover)

Sympathy for the devil/Natalie Merchant (Rolling Stones cover)

King of pain/Alanis Morissette (The Police cover)

China Doll/Suzanne Vega (Grateful Dead cover)

Walk on the wild side/Edie Brickell (Lou Reed cover)

Across the universe/Fiona Apple (Beatles cover)

lunes, 31 de enero de 2005

Los acadianos fueron primero

Pff... me piqué con esto de las rolas pa' la Zizou y ahora no puedo dejar de bailar Zydeco (Dios! Qué sabrosooo!, jeje).

Me acordé del Daniel Lanois -master-, (el mismo que ha trabajado con el Brian Eno, con el Peter Gabriel, con el Robbie Robertson, el Jon Hasell, con las Luscious Jackson, con U2...), de su Acadie, ese cd de rolas tradicionales tan hermosas. El, french-canadian, aposentado en New Orleans (a veces), fotógrafo, académico musical non ortodoxo, guitarrista excepcional, hombre de raíces y fusiones, poseedor de la vena inconfundible de su raza: los storytellers. De los Acadianos, inevitablemente me fui a los Cajun y al Zydeco. Y salió la polka, el twist, la herencia de los leñadores irlandeses y los colonizadores británicos y españoles, la mezcla de las mezclas con los creoles y su swing negrísimo y acompasado (la misma -sí, increíble-, que tanto me recuerda a un acetato de mi madre que aún rola por aquí traído directamente desde Hermosillo. No. Villa e'jeris -que no es lo mismo-. No recuerdo cómo se llama la bandita, pero el estribillo suena y suena en mi cabecita loca: come on baby, a bailar el twist... pff! Y todos los Hurtados, Arvízus, Valenzuelas, Peraltas y Morfines -hasta Tijuana-, movíamos la patita en honor de la sangre sonorense). Ah. Los recuerdos. Luego apareció una versión zydeco más moderna, 'gris gris', con aires new waves de los B 52's (me cae que sí) y ya no pude parar ni por equivocación.

Ah, la musiquita! (I'm loosing my head, yeah, yeah). ¿Bailamos?



Los dejo con la versión original de 'lindo tu cúcu'.

Enjoy it.

My toot toot/Fats domino & Doug Kershaw

Zydeco Gris Gris/Beausoleil

Jolie Louise/Daniel Lanois

Les Joyeux Bouchers/Catherine Ringer and The Renegade Brass Band

Sous 200 watts/Brigitte Fontaine

Je ne veux pas travailler/Pink Martini

domingo, 30 de enero de 2005

Delirio/Laura Restrepo

En su diario, Blanca se hace la pregunta en términos más amplios, cuando especula si los momentos decisivos lo son desde el instante en que acontecen, o si por el contrario sólo se vuelven decisivos a la luz de lo que ocurre después de ellos y a raíz de ellos.

jueves, 27 de enero de 2005

La cancion de las noches perdidas/Pasion Vega (Sabina)

Mas guapa que cualquiera: Sabina/Calamaro/Paez

A media voz/Blanca Varela

la lentitud es belleza
copio estas líneas ajenas
respiro
acepto la luz
bajo el aire ralo de noviembre
bajo la hierba
sin color
bajo el cielo cascado
y gris
acepto el duelo y la fiesta
no he llegado
no llegaré jamás
en el centro de todo
esta el poema intacto
sol ineludible
noche sin volver la cabeza
merodeo su luz
su sombra animal
de palabras
husmeo su esplendor
su huella
sus restos
todo para decir
que alguna vez
estuve atenta
desarmada

sola casi
en la muerte
casi en el fuego

sábado, 22 de enero de 2005

Black Coffee

I’m feeling mighty lonesome

Haven’t slept a wink

I walk the floor and watch the door

And in between I drink

Black coffee

Love’s a hand me down brew

I’ll never know a sunday

In this weekday room



I’m talking to the shadows

1 o’clock to 4

And lord, how slow the moments go

When all I do is pour

Black coffee

Since the blues caught my eye

I’m hanging out on monday

My sunday dream’s too dry



Now a man is born to go a lovin’

A woman’s born to weep and fret

To stay at home and tend her oven

And drown her past regrets

In coffee and cigarettes



I’m moody all the morning

Mourning all the night

And in between it’s nicotine

And not much hard to fight

Black coffee

Feelin’ low as the ground

It’s driving me crazy just waiting for my baby

To maybe come around



My nerves have gone to pieces

My hair is turning gray

All I do is drink black coffee

Since my man’s gone away

Black coffee: Bet.e & Stef

Black coffee: Anita O'Day

Black coffee: Sinead O'Connor

Black coffee: Sarah Vaughn

Black coffee: Peggy Lee

Black coffee: Ella Fitzgerald

Black coffee: K.d. Lang

Black coffee: Patricia Kaas

Black coffee: Tricky + Bjork

miércoles, 19 de enero de 2005

Desvelo de amor

A mi mamá le gustaba esta canción.

En sus últimos días, la hacía 'regresar' cantándole los primeros versos.

Entonces me reconocía. Y yo lo sabía sin que me dijera más nada. Sólo con ver su rostro, lo sabía.

Ella estaba aquí, conmigo. Por un momento. Brevísimo. Y me sonreía. Cantaba conmigo.

A veces se dejaba abrazar. Y bailábamos. No hubo baile más alegre. Ni mañana más hermosa.

No sé a dónde iba. A quién recordaba. Pero sé que este era el camino a casa.



Esta madrugada, hoy, hace un año.



Tengo un corazón que late. Una sonrisa. Toda mi ternura.



jueves, 13 de enero de 2005

De escritores

Me cuenta mi amigo J que alguna vez fue a casa de Alí Chumacero. Este le contó una anécdota: por allá por los setentas, Chumacero sufría de una terrible dolencia y no se la acababa: hemorroides. Le contó a su amigo Juan Rulfo sobre sus males. El buen Rulfo le dijo que la pasta de dientes era la solución. (Neta: "verífico"). Y ai' va Don Alí a comprar su Colgate. El resultado: infección, almost gangrena, hospitalización y -por poco-, causal de muerte. No. No era una mala jugada de Rulfo. Lo peor del caso es que ambos creyeron en las propiedades curativas de este remedio. Jeje... hasta aquí, risas incrédulas.

El lunes pasado llega mi amiga C a visitarme. Ni modo, otros güisquis. Por supuesto, no me aguanté y le conté la anécdota. Al finalizar el relato, C, muy seria, me dice con un timing maravilloso: fue ahí cuando Rulfo escribió El llano en llamas. –Sin elle, agregué.



Jajajajaja...

Sorry, tenía que postearlo, jajaja...

miércoles, 12 de enero de 2005

Cereal box talk

Todo lo que se esconde, se revela.

lunes, 10 de enero de 2005

Tunel

Siempre me ha gustado buscar los mecanismos subterráneos de las palabras. El mapa invisible que conduce al tesoro de una revelación. La puerta doble. El pasadizo secreto. Me escondo en las palabras mientras la sombra también sea ocasión para el regreso, mientras esconderme sea un acto de supervivencia. No de traición.

sábado, 8 de enero de 2005

Tercera llamada

Ni hablar. Más temprano que tarde todo acaba. Algunos somos tramposos (o pendejos o ambas) y alargamos la fe en una, dos o tres llamadas más (como si el teatro). Queremos creer (o mofarnos o ambas), como Dzib, aquel caricaturista yucateco, que 'la autopsia dirá si vive'. Pura respiración artificial. El vaho en el espejo no es más que eso (y sólo eso).

Si tenemos suerte, el vacío llega con la muerte. Aunque en realidad, el vacío llega con la presencia (lo que está es lo que hace más evidente lo que no está). Esa que nos hace tomar distancia para encontrar la mirada. Para re/conocerse (la orilla de uno es la extensión del otro). La presencia que nos recuerda al otro por lo que no es, ni será. Let's face it.

De pronto es evidente (siempre lo ha sido): la presencia es ajena. La presencia es insuficiente. El otro no está (y es una lástima, porque somos mejores a través de su espejo). Llega el vacío. Y uno se pregunta si el vacío es la muerte. Y uno se pregunta si ese vacío es el otro vacío. Un hueco, todos los huecos. Y en un afán menos fatalista y más humano, uno descubre que es más sencillo de lo que parece. Alguien se fue: un fulgor, un trueno (un solo, un atormentado, un monstruo), la posibilidad de un afecto.

Esto no es una elegía. El intercambio de palabras no es, siquiera, un roce. La admiración tampoco. Menos el temor hacia lo que no es como uno (lo que nos hace quedarnos en la isla, no tender un puente: cruzarlo). No es tampoco una palmada en el hombro, lo condescendiente. O un gesto de solidaridad: mi voz no es la voz del hombre que amo. Esto no es una apología.



Sólo son mis palabras, tómalas.

La mano que empuño también sabe extenderse.

Caricia

Este encuentro: devoción.

viernes, 7 de enero de 2005

Blur

Out of focus.



Delete.

Delete.

Delete.

jueves, 6 de enero de 2005

Piquetitos

Hay una rola de Marla Glenn que me viene a la mente con las pequeñas traiciones. La rola me gusta. Es, digamos, hasta inspiracional -whatever that means-: Enough is enough. El coro, un canon. Pff. Enough is enough (no more wars). Enough is enough (no more suffering). Qué rola. Hay líneas que me parecen sosas. No importa, la melodía llena mis oídos; mi corazón: un fuelle, un puño que se abre y cierra. Es decir, puedo disfrutarla sin el azote de drama queen, sin sentirme como bote pateado en una cascarita callejera. Lo que permanece, eso sí, es lo involuntario: la memoria del corazón: los 'calambres en el alma'. Nada qué hacer contra esos piquetitos. Hasta me gustan. Son un recordatorio de lo evidente: estoy viva. Yupi ye.

domingo, 2 de enero de 2005