jueves, 13 de enero de 2005

De escritores

Me cuenta mi amigo J que alguna vez fue a casa de Alí Chumacero. Este le contó una anécdota: por allá por los setentas, Chumacero sufría de una terrible dolencia y no se la acababa: hemorroides. Le contó a su amigo Juan Rulfo sobre sus males. El buen Rulfo le dijo que la pasta de dientes era la solución. (Neta: "verífico"). Y ai' va Don Alí a comprar su Colgate. El resultado: infección, almost gangrena, hospitalización y -por poco-, causal de muerte. No. No era una mala jugada de Rulfo. Lo peor del caso es que ambos creyeron en las propiedades curativas de este remedio. Jeje... hasta aquí, risas incrédulas.

El lunes pasado llega mi amiga C a visitarme. Ni modo, otros güisquis. Por supuesto, no me aguanté y le conté la anécdota. Al finalizar el relato, C, muy seria, me dice con un timing maravilloso: fue ahí cuando Rulfo escribió El llano en llamas. –Sin elle, agregué.



Jajajajaja...

Sorry, tenía que postearlo, jajaja...

No hay comentarios.: