jueves, 26 de octubre de 2006

Entre las volcanas / Liliana Felipe

Quién podrá quererte tanto, tanto, tanto, tanto...
Aquel paseo por el puente de la Independencia en tu Charger dorado nuevecito y la niña de 7 años que se asomaba por el quemacocos gritando -¡Otra vez! / Los domingos de visita a los parientes del Valle y el baño fresco en la enorme pila de los Trasviña / Los fines de semana en La Rumorosa con la caravana familiar y la promesa de que podría irme en la parte de atrás del motor home amarillo / Nuestras caminatas para buscar piñones y leña / Tu obsesión por cucar y matar víboras / Mi primer acercamiento con la histeria / El viaje a Las Vegas en aquella Van equipada que la compañía te prestaba / Mi autoridad de copiloto asignado y los 8-tracks de Mona Bell y Toña La Negra / Las olas bravas de Mazatlán revolcándote y mi preocupación porque se hacía de noche y no te veía / Tu emoción al contarme de Detroit y Nueva York / La espera del regreso y los regalos y las anécdotas / El road trip en la camionetita Le Baron a Hidalgo, Querétaro, Guanajuato, Guadalajara, el D.F. / Las catedrales, la historia, las momias / Tú que todo lo sabías / Yo que todo escuchaba.

Quién podrá quererte siempre, siempre, siempre, siempre...
Los tacos de papa del Centro, junto a las cantinas / Tú y yo esperando la orden familiar en la entrada sucia llena de putas y borrachos / Tú en la cocina, de madrugada, comiendo calabaza con leche y piloncillo / Las noches de temblores: tú y yo en el carro conversando para que se nos quitara el miedo / Aquella colección de clásicos: libros verdes de pasta dura con cenefas doradas / Tú hablándole a mis 12 años de El retrato de Dorian Gray y la Piel de zapa / La colección oculta de Duda que guardabas como pecado junto al frasquito de mercurio que casi me acabo jugando a escondidas / Tu closet y tus cajones ordenadísimos / Tu maleta siempre preparada / Aquella chaqueta horrenda color mostaza bombero / Tus rutinas, tu disciplina, tu independencia, tu libertad / Tus dichos y frases célebres / Tu temor al ridículo y tu disposición a la ternura / Tu pulcritud, tu prudencia, tu vanidad / Tus chistes crueles y tu mirada de rayo / Las películas de terror que veías de una tele a otra con la luz encendida / Tú y yo en las segundas "chachareando" y comiendo tacos de cabeza / Tu pasión por lo "moderno" / Mi obsesión por lo "antiguo" / Tú explicándome los nombres de las nubes y las constelaciones.

No tiene remedio, lo que no tiene remedio...
Todo lo que pude haber escrito aquí / Todo lo que pude / Todo

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