miércoles, 3 de noviembre de 2004

Instinto

Premonición. Un despertar violento. Silencio. La oscuridad del sueño depositada, entera, en la vigilia. Los pasos, cada vez más cerca. De nuevo la cabeza a la almohada. Instinto. El ejercicio apremiante de otorgarle un ritmo suave al tropel de caballos de mi respiración. Inmóvil, lo miro de reojo. Una sombra se mueve en la habitación. Sé lo que busca. No hay demora en la oportunidad. El brillo de una hoja platinada enciende de nuevo el motor de mis pulmones. Ignición. Dos pasos y la sombra empuña la navaja. Cierro los ojos. El abandono también es seducción. Instinto. El hombre se detiene. Voltea hacia la puerta. Un hombre idéntico a él, lo mira. Lo último que recuerdo es el sonido de la navaja estallando sobre la cerámica del piso. Ahora, cuando camino por la habitación, procuro no molestar. Un hombre desarmado sólo es una sombra de lo que fue. Siempre lo supe: el miedo ata.



[hipertextos]

7 comentarios:

bosquimano dijo...

sí, el miedo paraliza, estraga, congela, nos pierde. es voraz.

bosquimano,
sombra

pd. ¡auch!

Iria Puyosa dijo...

Excelente texto, Singalone.

Me convertiré en lectora asidua.

Driana dijo...

Somos nuestros miedos?
(Sería tantas cosas...).

Ablución: creo que necesito ir a Hidalgo.

Bb,
abandono.

Driana dijo...

Un placer, Puyosa.
Bienvenida.

Driana dijo...

Este texto lo envié al taller virtual de narrativa de Bruno Ruiz, hipertextos.
Primera vez que me animo a participar en un taller, así que es algo importante pa' mí.
Hasta este momento, dos son los comentarios que me han hecho en dicho sitio. Ambos coinciden en que el final está flojón, que no lo comprenden, qué no saben qué pasó. Que le falta claridad.
Cómo la ven? Me dan más feed back?
Yo también veo algo al final, pero no sé si tenga qué ver con la claridad o la contundencia.
Mjm.

Bb

bosquimano dijo...

Bb,

no creo que sea una cuestión de claridad, quizá sí de contundencia. es claro hasta donde necesita serlo. si hay ambigüedad no es en la escritura sino en las lecturas, y eso me parece una virtud. tal vez si el final fuera sólo: "el miedo ata" o invirtiéndolo: "siempre lo supe: el miedo ata", estas tres palabras resuenan mucho má fuerte que las otras tres, la ese y la e se extienden, la a marca, finiquita. no sé.

a mí la oración que me hace ruido es la de "lo último que recuerdo..." por dos cosas: "lo último" parece ser definitivo, pero no lo es, pues, aunque el episodio termina, la historia continúa, y lo de la "navaja estallando" es una imagen difícil, que no me cuadra.

no, por suerte no somos nuestros miedos, aunque insistan tanto en apoderarse de nosotros.

bosquimano,
de cara a la meca

Driana dijo...

Coincido en invertir la frase final, le otorga contundencia.
Ah. Esa frase la cambié un par de veces. Opté por la que ya conocen pero, me quedó la inquietud, el tal vez si (la hubiera invertido).

Respecto a la imagen de la 'navaja que estalla sobre la cerámica del piso'. Vale. La reviso. La intención era incluir un poco de suspenso cinematográfico. Una acción casi casi en slow motion que acabe de definir el tono de la minificción. Un repaso visual. El acento violento (to.to). More or less. Voy a buscarle. Intentar que 'se logre' o de plano prescindir, reconstruir.

Pero, como dice el BR -tantos otros-, el texto debe hablar por sí mismo.
Estos comments son meras 'tallereadas'.

Gracias, Bosquimano.

La Bb,
sombra.