Yo también creo que hay una rola para cada momento. Samurai me pone feliz. Es decir, la pongo cuando me siento feliz.
Pienso en Mr. Green. Tijuana. Año de 1999. Llega al depa con una sorpresa: un video de Ivan Lins y Djavan. La última rola: Samurai. Decido chutarme toda la soporífera parte del Sr. Lins nomás por obsesiva y loca perniciosa que soy (como cuando voy al mercado y no puedo empezar mi recorrido por el pasillo de enmedio. No: izquierda o derecha. O cuando tiendo -tendía-: todos los calcetines del mismo lado en la misma zona del tendedero. O... enough. Aquí acaba el breviario de diván, je). Finalmente llego a Samurai. Y, como dijera Logovo: OMFG! La mugre rola a la mitad. Así. Sin más. Por supuesto, fue motivo de mentadas de madres y reniegos todo el mes. Finalmente Mr. Green nunca regresó el video a la Tower y aún rola por estos lares con todo y plástico original. By the way, cada vez que lo veo, aún no me explico cómo un regalo tan hermoso pudo ser detonador de la temida y prohibida palabra de uso matrimonial, "moroso". :)
Pienso también en E. Aún recuerdo cuando me trepaba a su auto y escuchábamos esta rola una y otra vez. O los ensayos con V. y G., -aquel trío de trova y milongas: el que ha vivido penando por causa de un mal amor, no encuentra nada mejor que... o Stephanie, no hay dolor más atroz, que ser feliz...-, cuando entre mate y mate y licencia musical Djavanesca, me explicaban por qué creían que E. trabajaba en gobernación (ayayay, aún me duele la panza de la risa, me cae...) Superada la fiaca del momento, estas curadas locales se instalan de pronto y sin permiso con hartas risas y alegría.
Mucho tiempo después, recuerdo de nuevo a Mr. Green con el cd de Presuntos Implicados que dejó en mi buró una mañana de sábado con despertador olor a café. Wow. ¿Leí bien? ¿Samurai? La Driana resorte y ya retumbaba la voz de la Sole en las paredes del estudio mientras yo brincaba de alegría y me colgaba de su cuello de roble, de su torso de roble, de sus brazos de roble. Píldora de la teletransportación. Boleto para el túnel del tiempo. Dulce de leche. Cajeta. Miel.
Basta pues, un instante, para desatar la memoria y los anhelos.
"Me siento tan feliz, dicen que el amor atrae". Chubi-duu...
P.d. Y ahora, en este preciso instante, también pienso en ti. En cuánto querer cabe en el corazón. En lo que se cuece aparte y no se discute. En los cirios pascuales y en el altarcito milagroso. Tú, tú, tú... siempre en mi mente. :)
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